lunes, 6 de abril de 2009

Y así, después de esperar tanto, un día como cualquiera decidí triunfar;
decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas;
decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar la solución;
decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis;
decidí ver cada noche como un misterio a resolver;
decidí ver cada día como una oportunidad de ser feliz.
Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades,
y que en ésas está la única forma de superarnos.
Aquél día dejé de temer a perder y empecé a temer no ganar;
descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui.
Me dejó de importar quién ganara o perdiera.
Ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.
Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.
Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamarle a alguien "amigo".
Descubrí que el "amor" es más que un simple estado de enamoramiento, "el amor es una filosofía de vida".
Aquél día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente.
Aprendí que de nada sirve la luz si no vas a iluminar el camino de los demás.
Aquél día decidí cambiar tantas cosas...
Aquél día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad.
Desde aquél día ya no duermo para descansar, ahora simplemente... duermo para soñar.

Gracias Adri!!!
(No se de quién es el crédito, si alguien supiera, agradecería me lo haga saber)

1 comentario:

Themis dijo...

Que bueno que está!
Espero se te haya pasado del todo la otitis.
Cariños