miércoles, 26 de marzo de 2008

El mate

El mate no es una bebida. Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca.


Pero no es una bebida.


En este país nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse.

El mate es exactamente lo contrario que la televisión: te hace conversar si estás con alguien,

y te hace pensar cuando estás solo.

Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es "hola" y la segunda "¿unos mates?".

Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres.

Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros.

Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o conversan.

Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara.


En verano y en invierno.

Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide. Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando un retoño de tu sangre empieza a chupar mate. Se te sale el corazón del cuerpo.

Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón.

Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates.


La gente pregunta, cuando no hay confianza: "¿Dulce o amargo?". El otro responde: "Como tomes vos".

Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba.


La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. Siempre. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas.


Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da.

La yerba no se le niega a nadie.

Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres.

Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos. No es casualidad. No es porque sí. El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es que ha descubierto que tiene alma. O está muerto de miedo, o está muerto de amor, o algo: pero no es un día cualquiera.

Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solo.


Pero debe haber sido un día importante para cada uno.

El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores...


Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena. La charla, no el mate. Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma y es la sinceridad para decir: ¡Basta, cambiá la yerba!".

Es el compañerismo hecho momento. Es la sensibilidad al agua hirviendo.

Es el cariño para preguntar, estúpidamente, "¿está caliente, no?".

Es la modestia de quien ceba el mejor mate.


Es la generosidad de dar hasta el final.


Es la hospitalidad de la invitación.


Es la justicia de uno por uno.

Es la obligación de decir "gracias", al menos una vez al día.


Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir.


Hacía mucho que buscaba este texto, que había perdido, y que visitando amigas como Nauma, volví a encontrar. Me parece maravilloso, real, y esclarecedor para quienes no conocen la cultura del mate, bien argentina!

4 comentarios:

Brisa de Amor dijo...

Hola Fer!
Aca te escribe la primera consumidora de mate de la Argentina, jajajaja no se como todavia no estoy verde! ;)

espero ansiosa el resultado de tu tejido y mientras busco ideas para lograr un logo para mi tienda si se te ocurre algo lindo decime que me sera de mucha ayuda puesto que no se nada del tema solo lo intento!

millones de besos enormes amiguis!

Anónimo dijo...

Genial!!!, hace ya bastante que oi hablar del mate, , es bien conocido en el mundo entero, pero esta descripcion hace que cambie tu idea sobre el .
Gracias Fer. Un beso

Nika dijo...

Muy bueno Fer!! Me encantó! Yo soy tomadora de mate social, pocas (muy pocas) veces tomo sola, aunque en el fondo me gustaría. Creo que no lo hago de vaga nomás!
Aprovecho y te comento todo junto: me encnataron los diseños del post de más arriba, y te pregunto: podrías hacerte un post mandando datos útiles para acampantes inexpertos como yo? He acampado pero de soltera y muy pocas veces. Con peques y un marido no muy amante del tema necesito info, dale?
Besos!!

Themis dijo...

Hola! Hace mucho tiempo que había leído este texto sobre el mate, leerlo de nuevo fue como reencontrarme con un amigo.
Hace algunos días escribí en mi blog de cuando llegamos a Suecia con el mate.
No había visto mates de diseño tan moderno como los de la foto que pusiste.
Que pases un lindo domingo